Estimado viajero: Estás accediendo al jardín de ingreso del antiguo Palacio Ducal de Orléans y Borbón de Sanlúcar de Barrameda, hoy Ayuntamiento de la ciudad. Un vistazo a nuestro alrededor nos permite observar muchas de las especies vegetales que los miembros de la expedición de Magallanes-Elcano pudieron encontrar durante su viaje, una travesía que empezó y finalizó en esta ciudad de Sanlúcar y que supuso la Primera Circunnavegación del planeta.
Nos situamos mirando hacia la entrada del edificio para buscar a un espécimen singular. Si giramos la vista a la derecha, encontramos un enorme árbol que ampara bajo su sombra una estatua. Es un ombú, especie de origen americano cuyo primer ejemplar en Europa se dice que fue plantado por el hijo de Cristóbal Colón, Hernando, en el Monasterio de Santa María de las Cuevas, la Cartuja donde se hospedó el explorador durante su estancia en Sevilla y que aún vive y podemos contemplar en el lugar donde fue plantado.
Sevilla es una ciudad íntimamente conectada con Sanlúcar gracias la vía fluvial del Guadalquivir, especialmente después de 1498, cuando Cristóbal Colón zarpó desde playas sanluqueñas para realizar su tercer viaje a América: Sanlúcar se convirtió así durante siglos en una puerta de entrada y salida de productos, personas, relatos y conocimientos. Estos vínculos históricos entre ambas poblaciones fueron renovados por la Casa Ducal que se encargó de patrocinar la creación de estos palacios y jardines, la familia de Orléans y Borbón. La estatua que vemos bajo la sombra del ombú representa por lo demás a la Infanta María Luisa Fernanda de Borbón, esposa del duque de Montpensier Antonio María de Orléans. Los Montpensier restablecieron de hecho la histórica conexión entre Sanlúcar y Sevilla, alternando ambas ciudades como lugares habituales de residencia, desplazándose a una y otra a través del navegable Guadalquivir. El duque en concreto fue además un gran aficionado a la jardinería y a la aclimatación de plantas procedentes de los más lejanos parajes. Así, tanto su palacio sevillano de San Telmo como éste de Sanlúcar acogen unos jardines que por la variedad de especies, y por la diversidad de sus lugares de origen, pueden ser calificados de planetarios. Los Montpensier situaron así a Sanlúcar mediante sus jardines en el mismo horizonte de globalización que la propia expedición de Fernando de Magallanes.
Poco antes de llegar el marino portugués a Andalucía, en 1503 se crea en Sevilla la Casa de la Contratación, un organismo encargado de gestionar el paso de personas y mercancías entre Castilla y los territorios de Ultramar que convertía a la ciudad en un nodo de comunicaciones internacional. Sevilla se presenta por aquellas fechas a Magallanes como el destino perfecto al que acudir para obtener financiación a su proyecto de repetir, esta vez a ser posible con éxito, la ruta alternativa que ya intentara Cristóbal Colón en 1492, es decir, llegar a Oriente viajando hacia Occidente. En el verano de 1519, en la metrópolis hispalense, se comenzarían a aprestar las naves de la expedición organizada por Magallanes -Trinidad, San Antonio, Concepción, Santiago y la Victoria, la única que volverá de la expedición- para posteriormente navegar Guadalquivir abajo en dirección a la desembocadura del río en Sanlúcar de Barrameda, desde donde se harían a la mar y emprender la odisea de la Primera Circunnavegación de la Tierra.
Así como Sevilla fue el prólogo de la expedición, también lo es de nuestra ruta este primer jardín de entrada. Las plantas entre las que paseamos anuncian de hecho el viaje. No es casual por tanto que celebremos la ruta de la expedición magallánica en estos jardines del Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda.